La cuantía del dinero que tendrían que devolver a los afectados en caso de que el TJUE sentenciara a favor de éstos, en concreto, 44000 millones de euros, lo que supone prácticamente diez veces más del dinero de las cláusulas suelo.
En segundo término, porque en Europa no tienen la misma capacidad de presión o de lobby de la que tienen en España dado que, mientras aquí son capaces de provocar que el Tribunal Supremo modifique una sentencia que era desfavorable a la banca, en Europa se han encontrado con tribunales que han detectado las cláusulas abusivas y las han anulado; en tercer lugar, a todo lo anterior hay que sumar el demoledor informe de la Comisión Europea que declaraba con claridad que el IRPH era una cláusula abusiva que había que anular.
Ante esta situación límite la banca ha reaccionado para intentar evitar una sentencia que anule el IRPH y lo ha hecho a través de dos de los bancos de inversión internacionales más importantes del mundo: Goldman Sachs y JP Morgan.
El primero de ellos fue el que indicó que el coste de la anulación del IRPH podría alcanzar los 44000 millones de euros y que eso tendría consecuencias muy negativas para el sistema financiero europeo. Por su parte, JP Morgan, el banco de inversión del que fue vicepresidente Emilio Saracho, ha afirmado que el IRPH es el principal riesgo para la banca española de cara a 2019, es decir, que está aumentando la presión del sector financiero hacia la Justicia europea.
El informe de la Comisión fue un aldabonazo para los afectados pero un jarro de agua fría para los bancos que lanzaron hipotecas referenciadas en este índice abusivo.